Por el camino, cuanto más nos acercábamos al puerto, más niebla encontrábamos
Este es el edificio en el que se encuentra la fuente, tiene tres caños brotando agua sin parar, de esos caños pasa el agua a un lavadero que está en el interior, el sobrante se va directamente al río.

La misma fuente, jugando con la cámara variando el tiempo de exposición, yo siempre la tengo en automático y así no tengo problemas.
Llenamos una cuantas garrafas de agua y de nuevo regreso a Vitoria.
Dando vista a Vitoria.
Llegamos y Javier seguía liado con el coche.
Ya están las piezas preparadas, las juntas.
Junta del carter.
Segmentos y casquillos.
Pues hoy ya tenemos que preparar los roscos de reyes, llevamos unos años haciéndolos, a nosotros nos gustan, nos entretenemos, e incluso regalamos a algún vecino.
Antes de salir de casa esta mañana ya se había amasado una tanda y se dejó tapada leudando.
En este momento había duplicado su volumen.
Les damos forma, adornamos con frutas escarchadas .
Ya en el horno.
Listo para rellenar, de nata o crema.
No sobrará ninguno.
Esto no es de coches, pero es un trabajo extra que teníamos pendiente para hoy, mañana se rellenarán y daremos cuenta de alguno, no de todos.