Esta mañana me he dado un paseo por uno de los muchos parques que tiene Vitoria. El día engañaba, desde la ventana se veía un día claro con algo de sol, la verdad que desde la ventana invitaba a salir.
La sorpresa me la llevé en cuanto salí de casa, me encontré con un día frío y con un aire helador, me armé de valor e inicié mi paseo, el destino final del paseo, pues el de casi siempre, ir a ver como están los coches, estar un rato haciendo alguna cosa que, siempre hay algo pendiente, si no hay se busca.
Por el Parque de Arriaga, no llevaba la cámara de fotos, saqué mi teléfono del bolsillo, la verdad que como he dicho no apetecía ni sacar las manos fuera de los bolsillos. Estos chopos de un perímetro notable van a ser los primeros en fotografiar, rápidamente a guardar el teléfono, se hielan hasta las ideas.
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