Dicen que hay que tener amigos hasta en el infierno y es verdad. Yo tengo amigos que van a recoger setas y nunca me faltan todos los años para probarlas.
Ayer me trajeron un montoncito de Cantharellus y ya he hecho una prueba para degustarlas, hombre mejor me hubiese gustado ir a mí a buscarlas pero cuando no se puede se agradece que me las regalen.
Con estas y con los níscalos no tengo problema en que haya alguna duda de si son comestibles o no, las conozco desde hace años cuando yo iba al monte.
Después de quitarle las hojas e impurezas ¡a prepararlas!
Siempre hay un amigo caritativo. Gracias.
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