Ayer nos fuimos a Aranda de Duero, todos los años nos juntamos unos primos de Madrid con nosotros de Vitoria un par de veces al año. El punto elegido es Aranda de Duero un punto situado a una distancia similar de los dos puntos de partida.
El coche elegido por nosotros para esta ocasión ha sido el Opel Kadett que cuenta en su haber más de treinta y cuatro años, lo tengo desde nuevo y ha dado dos veces y media la vuelta al cuenta kilómetros, es que a los cien mil se vuelve a cero, lo compré yo en el año 1990.
Yo pienso que estos viajes le vienen bien para que rueden en carretera, en esta ocasión son aproximadamente 400 kilómetros.
El día estaba nublado, no era necesario el aire acondicionado, este coche no lo tiene así que no hay problema.
El tráfico hasta Burgos era denso, dese Burgos a Aranda se notó un descenso.
Tomamos dirección Madrid en este punto.
Nos estamos acercando a Aranda de Duero.
Llegamos cerca de la una del mediodía, teníamos reservado el restaurante para las dos de la tarde, nos dio tiempo a dar un paseo y tomar un aperitivo y sacr unas fotos antes de ir a comer.
Vino de la Ribera del Duero, ahí está uno de los carros que se usaban antes para transportar las uvas de la viña a la bodega.
Otra vez la plaza mayor.
La Iglesia de Santa María, me encanta ver el labrado en piedra que tiene.
Sin más demora nos acercamos al restaurante, nos dieron un entrante y empezamos con la faena.
Empezamos la comida con unas morcillas de Aranda que están especiadas con comino, la pimienta negra y un punto de canela.
El plato estrella es el lechazo asado, se establece que el cordero tenga unos veinte días y su peso oscile entre los 4 y los 8 kilos, debe asarse en horno de leña en un proceso que dura dos horas.
Este es el horno.
Hubo quien no quiso lechazo y pidió rodaballo y una ensalada mixta.
Finalizada la comida nos obsequiaron con unos chupitos de orujo de hierbas y decidimos tomar el café en otro lugar sentados en una terrada el tiempo era bueno con una temperatura agradable. Estábamos tan bien que la tertulia se prolongó hasta las siete de la tarde, nos fuimos a buscar los coches y ¡¡cada mochuelo a su olivo!!
Tengo mi chofer particular, eso me permite tomarme un vaso de vino y un chupito de orujo de hierbas sin temor al etilómetro. 😂😅
Nos volvemos a casa con ganas de volver en cuanto se presente la ocasión.
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