El Opel Kadett que llevamos ayer a Espinosa de los Monteros, acabó con el techo descolgado totalmente. Esta mañana, bueno mejor decir, esta medio día, pasada ya la hora del Ángelus he ido todo decidido a cambiar el techo y he hecho el trabajo en parte, pero no todo.
Así estaba ya el techo, parecía que llevabas sombrero al ir sentado en él.
He empezado a soltar las manillas, los parasoles, las gomas de las puertas y todos los plásticos que circundan el techo, es laborioso el proceso.
Llegó mi hijo y me ayudó a sacar el techo descolgado e introducir otro techo que había comprado en un desguace, este no tiene el problema de descolgarse. Esto sucedía con los coches de los 90 que venían los techos tapizados con tela foamizada, con el tiempo la esponja se degrada y se descuelga la tela.
Ya está puesto en parte el nuevo techo, bueno nuevo en el coche, este techo es más viejo que el coche, pero no tiene ese problema.
Que bien queda, tendré que hacer algún retoque, pero no quedan arrugas como me ha sucedido con algún otro techo que he tapizado, y van unos cuantos.
Esta tarde ya he terminado de montar el techo.
Da gusto, ni una arruga, es un techo del mismo modelo de coche pero de una fecha anterior, aún no utilizaban la tela foamizada.
El techo original, lo tapizaré y lo dejaré guardado por si fuese necesario alguna vez, nunca se sabe lo que puede hacer falta.
Si es que el que no tiene problemas se los busca, Uno que podía vivir sin trabajar y como me dice mi Sra., andar curioso y no lleno de grasa de los coches, que vamos a hacer, como digo yo, el que no vale para otra cosa, pues a trabajar. El que de joven no trabaja, de viejo duerme en paja.
Pero con el trabajo se quita el estrés, la ansiedad, te da de comer, te entretiene y dicen que dignifica a las personas, además no engorda.
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